
El ministro de Cultura, José Ignacio Wert, junto a la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela. / Casa de América
“La fuga de cerebros es un topicazo”, decía el miércoles el diputado del PP Alejandro Fernández durante la última comparecencia en el Congreso de la responsable de I+D del Gobierno, la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela. Poco antes, el diputado de UPyD Carlos Martínez Gorriarán había acusado al Gobierno de provocar, precisamente, la fuga de cerebros, y en Twitter, el diputado de Izquierda Unida Alberto Garzón ironizaba con la afirmación de Fernández. Los tres tenían algo en común: ninguno fundamentó con datos sus afirmaciones. La única que sí esgrimió cifras fue la propia Vela que respondió con una encuesta del INE en la que se afirma que un 21% de los científicos españoles se fueron a vivir fuera de España en algún momento entre 2000 y 2009, pero que una cifra similar, el 20,7%, fue cubierta por extranjeros que vinieron a trabajar aquí. Con esas cifras argumentó, con las mismas referencias y casi la misma argumentación que la ex ministra del ramo, Cristina Garmendia, que más que fuga de cerebros lo que hay es movilidad. Y hace un año, unas palabras del ministro de Cultura, José Ignacio Wert, negando la fuga de cerebros, también encendieron las redes sociales.
Lo cierto es que más allá de los datos del INE, que alcanzan hasta 2009, el primer año de los recortes y el momento justo en el que los investigadores españoles contaban con más recursos a su disposición de la historia, no es sencillo obtener datos que permitan evaluar con información precisa la magnitud de la presunta fuga. El Ministerio de Economía y Competitividad, del que depende la gestión de la I+D, no cuenta con un registro de salidas y entradas de investigadores, y tampoco existe un registro similar en Exteriores. Además, dada la libertad de movimientos dentro de la UE, el presunto destino de la mayor parte de los cerebros fugados, resulta aún más complicado seguir el trasiego de los científicos.
Una encuesta de 2011 mostraba un 8,4% de científicos españoles en el extranjero
Uno de los estudios más recientes sobre este asunto, impulsado por el National Bureau of Economic Research, tampoco parece sustentar la hipótesis de una salida masiva de investigadores españoles azuzados por la crisis. En una encuesta realizada en 2011 a 17.182 investigadores de los 16 principales países productores de ciencia del mundo se reflejaba que la movilidad en el sistema español de I+D era muy reducida. Pocos españoles investigaban en el extranjero, un 8,4% del total, y solo un 7,3% de los investigadores que trabajaban en España era extranjero. Esta falta de foráneos nos coloca junto a países como Italia o Brasil, que también tienen menos de un 10% de extranjeros, pero también junto a una potencia como Japón, que se queda en el 5%.
Los más caseros, junto a los japoneses
Países como Canadá (49%), EEUU (38,4%) o Alemania (23,2) atraen mucho más talento que España. Pero muchas de estas potencias científicas también lo exportan en mayores cantidades. El 23,3% de los investigadores alemanes encuestados trabajaba en el extranjero en 2011, el 26,4% de los holandeses y el 25,1% de los británicos. Además, el estudio sobre la movilidad de los investigadores de las grandes potencias científicas del mundo indica que los españoles que salen casi siempre regresan. Un 86,7% lo hace. Solo los japoneses muestran más apego por su país, con una tasa de retorno del 92%.
Es previsible que los zarpazos de los últimos recortes hayan agravado la situación de los investigadores españoles y que un mayor número esté buscando su futuro fuera del país, pero por el momento es complicado sustentar con datos cualquier hipótesis al respecto.
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